Hombre de trabajo y esfuerzo que se ha sacrificado para alcanzar lo que tiene. Tiene 40 años en la carrera fotográfica, pasión que adopto gracias a su padre.
A Su padre le gustaba tomar fotografías, se dirigía a las misas, procesiones y le tomaba foto a todo lo que tuviese a su alrededor, cualquier cosa por mas insignificante que fuese, adornos florales, las imágenes, además le tomaba fotos cuando era niño.
Se sentía muy mal cuando veía algo y no tenia una cámara para tomarle la foto, le daba un dolor, pues una oportunidad no se repite dos veces.
Lo que mas le gusto a Guillermo Mora de la fotografía antigua era el momento de revelar la foto, era algo emocionante, el lugar que utilizaba para hacer las revelaciones era el baño de su casa y tenía unas bandejas donde metía el papel fotográfico con los químicos correspondientes, lo que mas le fascinaba era cuando empezaba a verse la imagen, el sentía una satisfacción cuando veía que la fotografía no presentaba ningún problema, ningún error, que quedaba bien y nunca le llegó a salir una fotografía defectuosa como le sucedió a unos amigos y compañeros de trabajo.
Nunca le ha gustado vender las fotografías, las regala como un tesoro valioso, y tuvo una desagradable experiencia ya que un compañero le pidió tomarle una foto a una de sus fotografías, luego, a Guillermo le toco hacer una exposición en un lugar donde el amigo había estado anteriormente, las personas se sorprendieron al ver que tenia una fotografía igual a un fotógrafo que había estado allí anteriormente, le dieron el nombre del fotógrafo y se dio cuenta que era su amigo, le comentaron que las había vendido. No le había molestado que su compañero haya vendido la fotografía, lo que mas le dolió y molesto fue que su compañero y amigo no le había dicho nada. Sin embargo Guillermo Mora no tiene nada en contra de su compañero
Es así como este “artista del recuerdo” deja sus huellas, enseñanzas de vida, historias que hacen crecer la ciudad y desea que la sociedad guayanesa no se olvide de sus raíces.
